domingo, 18 de julio de 2010

CUARTA FASE (FILM). RETORNO AL ORIGEN.

Continuamos, en esta entrada, expresando las reflexiones de los últimos días en torno al origen.

La película Cuarta Fase, de la que podrán encontrar su trailer al final de la entrada, es muy significativa de cuanto voy a desarrollar a continuación.

Revisando mi libro El retorno al Paraíso Perdido, cuyo título alude, precisamente, a esa entrada en la Jerusalem celestial, en Tierra Santa, que es, también, la fuente de vida eterna, por cuanto quien bebe de sus aguas trasciende el plano de la materia; decía que, revisando mi libro encontré lo que, hace casi una década, escribí acerca del retorno al origen:

No hay, por tanto, mayor bienestar que aquél alimentado por la conexión con las profundidades de uno mismo, que es, al tiempo, la consecución del propio destino de un modo consciente. Pero esto no se produce sin una inmersión en las profundidades del alma, camino difícil, arduo y extraordinariamente peligroso, para conocernos a nosotros mismos (…)
De este modo, el hombre natural muere para renacer el hombre espiritual. Esta transformación da acceso a verdades inmemoriales, y se traspasa un umbral o limen (himen de la Diosa) en el que se deja atrás lo conocido, lo familiar, lo corriente, para acceder a lo desconocido, lo extraño y lo sempiterno…

Aún recuerdo vivamente los fenómenos de sincronicidad que se produjeron, cuando escribía el capítulo del que procede este fragmento, en el que dedico varias páginas a desarrollar el simbolismo de la serpiente: era de noche, estaba trabajando en mitad del campo y la luna refulgía con su luz plateada. Mientras realizaba una ronda por las instalaciones, en plena oscuridad, escuché el sonido de una culebra. Enfoqué con mi linterna y ¡Vualá! Allí estaba, una víbora silbaba mientras, enroscada sobre sí misma, a modo de Ouroboros, me miraba fijamente. Después de echarla de allí, al poco, me topé con un sapo toro, otro representante de la Materia.

De igual modo, hoy, mientras medito sobre mi segundo nacimiento, se han producido en mi derredor, tanto en mis sueños o imágenes, como en las circunstancias exteriores, fenómenos de sincronicidad muy claros. Aprovecho, por tanto, para ir tratando de dilucidar lo que, en una entrada anterior, parecía no tener un hilo conductor:

- Hace unas semanas, llega a mi conocimiento la noticia de los agujeros circulares en China. Una especie de cráteres que conducen al mundo de Hades. Un símbolo del descensus ad inferos al que está abocado el mundo. Y, tal como se describe en el mito del descenso de Istar o Inanna al “país sin retorno”, reino de su hermana Ereskigal, a medida que se desciende al inframundo se va perdiendo parte del ropaje (o sea, de la máscara, como, por ejemplo, posesiones materiales, dinero, bienes, etc.) hasta que, en lo más profundo, Inanna queda completamente desnuda.

- Esto, a su vez, está relacionado con los círculos de trigo en Inglaterra. En este caso, lo interesante es observar cómo el símbolo toma forma en la realidad manifiesta, bajo el ropaje de un mandala. Mandalas que son como imágenes fractales. Y, los mandalas, tienden a aparecer a modo de compensación desde lo inconsciente, cuando las circunstancias exteriores (en este caso, el modelo de la Civilización Occidental) son extremadamente conflictivas. El mandala es un símbolo de unidad y, a su vez, representa al Sí-Mismo. ¿No será una señal de alerta, un presagio de un final que es, al mismo tiempo, un principio de un nuevo Aión?

- El número 19 se me ha aparecido numerosas veces en los últimos meses. Y, teniendo en cuenta que ese es el día de mi nacimiento, que nací un Domingo, es decir, el día del Sol Invictus, y que el arcano mayor de la baraja del Tarot es, precisamente, el Sol, el enigma parece resolverse (al menos, en parte). El Sol interior es representado por un mandala. Y el objetivo principal de la Individuación es, precisamente, el despliegue efectivo de ese Sol interior. Por tanto, la irradiación al exterior de la luz de ese Sol. Y, si el sol exterior aparece en pleno día, en su zenit, el Sol interior aparece, justamente, en la oscuridad de la noche, en el nadir, durante el viaje por el mar, que es lo Inconsciente Colectivo.

- Reflexionaba, también, acerca de algunos de los comentarios vertidos últimamente en este blog. En lugar de debatir desde la experiencia, de remitirse a la misma, y de expresarse desde allí, algunas/os participantes cuestionaban los nombres que utiliza la psicología analítica. La forma en lugar del fondo. En fin, ya vemos en qué estado se encuentra nuestra amada civilización…

- Soñé hace muchos años, cuando entraba por vez primera en lo Inconsciente Colectivo, con lugares cuyo paisaje se asemejaba enormemente a África, personificación de La Gran Madre, coincidiendo con el período en que afrontaba mi ruptura con el Hogar Familiar. Australia estuvo en mi pensamiento precisamente cuando se estaba gestando una enantiodromía en mi vida. Y, curiosamente, también con gente que vivía una fase semejante. Se me antoja, también, como reflexión, que Australia (o Nueva Zelanda) son destinos muy acuarianos, en el sentido de aparecer como “deseo de viajar allí” siempre que se producen cambios drásticos en la dirección de una Individuación. No necesariamente un giro de 180º, pero sí un cambio importante en la dirección vital. África, en cambio, llama al Retorno al paraíso perdido, a la Fontana, y, en último término, al Sí-Mismo. De ahí los viajes al continente Africano, de un Jung ya viejo, por ejemplo. Y, por si a alguien se le hubiera pasado por alto, el mundial de fútbol que ha ganado España se ha celebrado en Sudáfrica.

Parece que todo apunta hacia un retorno al Paraíso Perdido, una suerte de Viaje al mundo de Pandora (como en Avatar), para tomar contacto con las potencias espirituales que allí dormitan, si la civilización occidental quiere sobrevivir a la muerte a la que está abocada, para renacer renovada. Por el momento, sólo unos pocos hace tiempo que se han dado cuenta de que esto es, en efecto, una urgente necesidad.

En la película que a continuación recomendamos, se presenta ese contacto con los arquetipos, ese retorno al origen, como si de una abducción por extraterrestres se tratara. Una explicación, por lo demás muy típica del espíritu de nuestra época, de lo que sucede cuando se tiene un contacto directo con "entidades" provenientes del más allá, de ese al que yo prefiero denominar Inconsciente Universal, el Reino de la Diosa. Y, fíjense, que en la película lo que se les aparece a los protagonistas es un ave, en concreto una lechuza, un antiguo símbolo de la Diosa griega Atenea, también conocida como Minerva por los romanos. ¿No resulta conmovedor y, hasta aterrador, que el contacto con la Diosa de la Sabiduría cause un pavoroso miedo en las mentes sencillas? Claro que la entrada en las profundidades de la Diosa induce, en cierto sentido, un salirse de lo conocido (ego-consciencia) y un entrar en las entrañas de lo desconocido, lo enigmático y hasta lo terrorífico (al menos, en los primeros estadios del proceso). De lo que se tiene tanto miedo es, en realidad, de la muerte al estado anterior que acontece, una muerte del estado de ignorancia y estulticia, para renacer al ámbito de la Diosa, de la que se obtienen los dones de la Sabiduría. Ahora bien, para las mentes sencillas, de consciencias estrechas, ese encuentro puede resultar en una tragedia, como bien saben los Psiquiatras y los Psicólogos.

viernes, 16 de julio de 2010

ORIGEN (INCEPTION). FILM SOBRE LOS SUEÑOS Y LA REALIDAD VIRTUAL


Al hilo de mis últimas entradas, referidas todas al arquetipo del puer aeternus, llevaba un tiempo incubando y reflexionando acerca de mi iniciación al ámbito del Espíritu, del Pleroma gnóstico, ese que fue (y es) el origen de todo, una suerte de Génesis del niño divino.

Y es que, el verdadero puer aeternus, y no el joven con complejo materno, unido aún al ámbito de la seguridad del hogar materno y paterno, a través de un cordón umbilical psicológico; como digo, el verdadero puer aeternus es el joven “nacido dos veces”, no el hijo de su mamá, terrena, sino el prístino hijo de la Diosa, de la Madre de todas las madres. Y, por lo tanto, el regreso a la Madre, en este caso, no es el deseo incestuoso de cohabitar con la madre biológica, sino el renacimiento al ámbito del Espíritu, mediante un retorno al Paraíso Perdido.


Mientras reflexionaba acerca de cómo se había producido mi renacimiento, en una vivencia que se expresaba a través de símbolos semejantes a los de un Diluvio Universal, o una inundación por parte de contenidos de lo Inconsciente Colectivo, de ese océano primordial femenino, una Hystera de la que fui parido de nuevo; mas no fue mi ego el parido, por supuesto, sino el verdadero Ser, el Sí-Mismo, el niño divino que es, al tiempo, un Anciano Sabio; decía que, mientras meditaba sobre todo esto, me vino a la memoria un recuerdo de lo más elocuente, y que tiene que ver con el modo en que fui introducido en las aguas madre, por primera vez: siendo sólo un niño, de entre dos y tres años, mientras nadaba, a la orilla del mar, una ola de considerable tamaño (para mi, entonces, diminuto cuerpo) me tragó, literalmente, quedando sumergido durante un par de minutos bajo el agua. Mientras permanecía ahí, sin saber qué me estaba sucediendo, pero asustado ante la imposibilidad de salir de aquel abrazo letal, la mano de mi padre dio con mi brazo y, de un fuerte tirón, me sacó del que podría haber sido un prematuro final de mi corta existencia en esta vida. Unos diez años más tarde, mis primos, en edad adolescente y con la inconsciencia e irresponsabilidad que suele caracterizar a los jóvenes que se encuentran en esa etapa vital, me quitaron los flotadores y me tiraron a la piscina para que “aprendiera a nadar” sin “salvavidas”. Y, unos quince años más tarde, las aguas del océano de lo Inconsciente Colectivo volvieron a tragarme. Pero, esta vez, de un modo distinto. El océano que me engulló fue un océano interior, no uno exterior. Y quien me salvó, no fue mi padre biológico, sino el arquetipo Padre, el Anciano Sabio, el Ermitaño que portó la luz, en medio de las tinieblas.

Ahora mismo recuerdo, con la misma viveza que antaño, uno de los grandes sueños de aquella época: Había entrado en un recinto sagrado, en el interior de una inmensa y profusamente decorada Catedral, con símbolos de carácter esotérico. En la oscuridad del interior de aquél temenos (recinto sagrado) resaltaba el flamígero brillo de un rayo de luz, justo en el centro de la catedral, que atravesaba un rosetón semejante al de la catedral de Notre-Dame (nuestra señora, la Diosa Virgen). Había accedido al Útero de la Diosa.

En la misma época, tuve otro gran sueño, en un momento en que me hallaba perdido: Después de permanecer caminando durante bastante tiempo y de recorrer un largo camino, en el interior de un bosque semejante al de Boussaco, en Portugal, encuentro una casa de madera. Llamo a la puerta de aquella casa y me recibe un Anciano, de barba Blanca y semblante regio. En el mismo instante en que me abrió la puerta, ambos nos reconocimos, como si nos conociésemos desde hace milenios, incluso desde antes de que naciera con este cuerpo en esta vida. Y, henchidos de alegría, nos abrazamos, como el padre que recibe a su hijo pródigo tras años de ausencia del hogar. Entonces, el Anciano pronuncia las siguientes palabras:
-Hijo mío, por fin nos encontramos. ¡Cuánto tiempo ha pasado!

En aquel momento, mientras mi vida exterior estaba sufriendo una auténtica debacle, cuando todo a mi alrededor se estaba marchitando, agonizando ante una muerte inminente, dio comienzo un progresivo proceso de ceguera para con el mundo de la materia. Lo que antes me interesaba, lo que para la mayoría de las personas constituye el objetivo primordial de sus vidas, a saber, adaptarse lo mejor posible al Sistema, identificándose con los valores de esta sociedad materialista, todo eso pasó a un segundo plano. Ya no me interesaban (hoy, sólo en su justa medida y en la medida en que es reflejo de una realidad trascendente), lo más mínimo, las triviales conversaciones sobre el ascenso en el trabajo, la obtención de poder y dinero, etc.

Hoy mismo presenciaba una conversación entre varias mujeres, en la que se trataba el tema de la enfermedad que padecía la hija de una de ellas, y las lágrimas que había derramado al enterarse de la nefasta noticia. Aunque no explicitó la enfermedad concreta, por el contexto deduje que se trataba de un cáncer. –Por lo menos sabéis lo que le sucede y, de ese modo, pueden aplicar (los médicos) el tratamiento adecuado a la enfermedad.- Decía una. Y, la afectada, la madre de la criatura enferma, aún reconociendo esto, echaba la culpa, en buena parte, al médico que había tratado a su hija, quien, certeramente, le había recomendado que su hija fuese a la consulta de un Psiquiatra.

Este ejemplo, aparentemente ajeno al tema que estoy abordando, incide precisamente en algo que es fundamental. La interrelación entre el ámbito del Espíritu y el de la Materia. De igual modo, apunta a la necesidad de afrontar la muerte, como una etapa necesaria de la vida. Muchas veces este tipo de tragedias, que parecen provenir de no se sabe dónde, y que parecen ensañarse con la salud de las personas, vistas sub specie aeternitatis, representan una señal de alerta, una llamada a la consciencia para que se modifique a sí misma. Buscan, en el fondo, que se produzca ese renacimiento al que aludía más arriba. Y no es extraño, considerando que el cuerpo, en la mujer, es el templo sagrado en el que se manifiesta la psique. El cuerpo de la mujer es espiritual.

En medio de esta marejada de reflexiones, de esta introversión y vuelta al origen, o mejor, en sincronicidad con ella, llega a mi conocimiento el trailer de la película de la WARNER BROS, titulada ORIGEN, precisamente, y que aparecerá en la gran pantalla durante el aion del León, es decir, en Agosto. Junto a 2012, Avatar o Solomon Kane, representa una invitación (o, debería decir, una señal, un presagio) a entrar en las profundidades volcánicas de lo Inconsciente. Es decir, un anuncio del descensus ad inferos al que está abocada la humanidad, en estos convulsos tiempos de crisis, como lo es también la aparición de agujeros geológicos en China o en Guatemala, o la aparición de Mandalas en los campos de cereal ingleses.

¡Que disfruten del trailer!



jueves, 15 de julio de 2010

SIGNIFICADO DEL SACRIFICIO DEL HIJO

Continuamos, en esta entrada, con el tema del complejo materno. En este caso, en lugar de tratar la lucha por la emancipación, y el sacrificio de la seguridad del hogar, la infancia y la Madre, reproducimos una parte del capítulo El sacrificio del Hijo, del ya clásico libro de Esther Harding, titulado Los Misterios de la Mujer. Simbología de la Luna. Consideramos que, pese al tiempo transcurrido desde su primera publicación, el tema tratado en él no ha perdido un ápice de actualidad.

" El mito (de Attis) narra que, cuando su hijo alcanza la virilidad, es sacrificado, no a pesar de su amor y cuidado protector, sino por el mandato y consentimiento de su madre (...)

Attis se castró y mató a sí mismo porque su madre, Cibeles, le había vuelto loco (...)


En estos mitos, la madre no es una, es dual. Tiene dos aspectos: en su aspecto luminoso es compasiva, llena de amor materno y de piedad; en su aspecto oscuro es feroz y terrible, no tolera el aspecto infantil de dependencia de su hijo. Porque la debilidad y el modo de aferrarse de él, la minan (
a ella), igual que su excesiva solicitud (para con su hijo) lo mina a él. Su necesidad infantil apela demasiado íntimamente a su propio deseo de maternizarlo. Su instinto (del joven) no es sólo el instinto sexual. El contacto íntimo con su cuerpo no es sólo erótico para ella, ni representa únicamente su añoranza infantil de regresar a su propia madre;es, también, la maternidad en sí misma que anhela el contacto con el niño. Por medio de estos contactos experimenta (la madre) su propia maternidad. Su deseo no es sólo la urgencia de que el hombre colme su necesidad sexual, también puede tomar la forma de un impulso para hacer que el objeto de su amor sirva su instinto maternal. La mayoría de las mujeres conocen la profunda necesidad de unos pequeños brazos aferrándose a ellas, o el calor y suavidad de los miembros de un bebé. Se esconde un placer físico en la relación con un niño, vástago de su propio cuerpo, que no está lejos en su intensidad y atracción del placer de un contacto erótico, aunque de una forma diferente.

Este deseo no es realmente amor al objeto como tal, es de nuevo el amor al objeto porque le da satisfacción personal. Parece ser que, a través del sacrificio de su deseo sexual, la mujer no queda completamente liberada del problema de sus demandas egoístas. Ha avanzado un paso hacia la liberación pero en esta segunda jornada también puede caer víctima de sus tendencias autoeróticas. Se ha identificado con su hijo. Su satisfacción personal se encuentra buscando su bienestar. Ahora, en vez de buscar su propio camino, sus propias ventajas en un abierto egoísmo, como hizo antes de su sumisión al instinto por el matrimonio en el templo (primera iniciación femenina), busca el bien de su hijo. Si él es feliz ella está contenta; su ambición queda satisfecha cuando se lo reconoce. No se da cuenta, por norma general, de que este aparente altruismo en realidad es un oculto egoismo. Y no sospecha que su incapacidad para decirle "no" es realmente una incapacidad para decirse "no" a sí misma, o negar, en un nivel más profundo, su debilidad y amor propio.

Es difícil reconocer en esta actitud de indulgencia hacia el hijo todo el vicio en su carácter auténtico, porque la sociedad lo recomienda como una virtud. Exteriormente, parece tan admirable par auna mujer fundir sus intereses en aquellos del niño y sacrificar su propia comodidad y bienestar en cada momento para mejorar los intereses de él. Es tan sólo más tarde cuando la auténtica naturaleza de su modo de actuar se muestra por sí misma. Entonces, cuando la completa incapacidad del hijo para afrontar la realidad de la vida, su falta total de disciplina y su incapacidad para tomar una actitud responsable, trae el testimonio doloroso de la falsedad de su educación, generalmente ya es demasiado tarde para remediar la situación. Incluso en este momento, la sociedad y la propia madre, están dispuestos a decir "como puede haber salido tan mal después de todo lo que ella hizo por él", sin reconocer en lo más mínimo que si él era tan infantil, era precisamente por todo lo que ella había hecho, sin dejarle hacer a él nada por sí mismo (...).

El problema de la identificación con el hijo, sin embargo, no se acaba en l a relación entre una madre y sus hijos reales. Una mujer que todavía no "ha sacrificado a su hijo", esto es, sacrificar el instinto materno en sí mismo, puede no tener hijos realmente, pero no obstante, mantendrá una actitud maternal con sus relaciones. Está bajo la coacción interior de maternizar a todos los que le importan. La maternidad domina en ella. Nunca se da cuenta de que la impotencia para aceptar la dificultad de sus amigos refleja su propia impotencia para afrontar las cosas difíciles de su propia vida; aún menos aprecia el hecho de que su actitud de excesiva solicitud hacia ellos fomenta sus peores debilidades, los devuelve a su infancia y autocompasión, por lo que está minada la virilidad del hombre. Por esta actitud roba la individualidad a su hijo. Lo hace blando, femenino, se vuelve impotente, pierde toda su virilidad. Esta es la falsa castración a través de la madre por la que no se logra la redención. Con este tipo de abrazo se mata al hijo, incrustándolo en el árbol como féretro de Osiris.

En cambio, cuando una mujer tiene el valor de decir "no" igual que "sí", cuando la parte negativa u oscura de Eros tiene un lugar al lado de la parte luminosa, entonces el hijo, igual que la madre, puede ser redimido por el sacrificio. Porque cuando se encuentra con la negativa de ella de mimarlo, considerarlo, salvándolo de la injusticia, obtiene por ello el poder para afrontar las dificultades de la situación por sí mismo (...). Mientras su intención sea persuadir a la "madre" para que le dé todo lo que él quiere, no tendrá capacidad para ganarlo por sí mismo. De su voluntaria castración y muerte como hijo, resulta su renacimiento como hombre.

No es casualidad que el sacrificio del hijo sea representado por la castración, ya que la mayor demanda de satisfacción que el hombre hace a la mujer es la de su sexualidad. Es en este campo en el que se siente más indefenso para cubrir su propia necesidad, excepto pidiendo a la mujer que le sirva. Esta demanda infantil por su parte y el igualmente poco desarrollado deseo maternal de darse en ella, puede servir en un bajo nivel de desarrollo psicológico para producir una alianza entre un hombre y una mujer que parezca una relación seria (...)

Del mismo modo, en la vida moderna, la iniciación a la diosa es alcanzada por un hombre que puede sacrificar su sexualidad, tanto si sucede como simple deseo físico o surge de él por una proyección de su anima. En el último caso, su tarea es mucho más dura porque compromete tanto al corazón como a la sexualidad. (...) Un compromiso de este carácter no le permite (a la mujer que es su pareja, debido a la proyección de su anima) ser ella misma, sino que la convierte en una función de la psique del hombre y compromete la demanda de que ella será conforme a su ideal y colmará su deseo. Esta petición también tendrá que ser sacrificada en la iniciación a la diosa del amor, ya que no hace falta decir que la iniciación no será efectuada completamente por el sacrificio del deseo físico, el sacrificio más difícil debe hacerse también. (...)"

Esto último a lo que se refiere la autora, se vivencia, por ejemplo, en lo que los alquimistas denominan una "calcinatio". Aquí es el ardor, la quemazón por el sacrificio de la pasión tifónica o lujuriosa del instinto, lo que provoca la iniciación. Se sacrifica tanto el deseo sexual por la mujer, objeto de proyección del anima, como el sentimiento amoroso que ella despierta. Durante esta fase, pueden experimentarse toda suerte de deseos pasionales, y puede que emerjan, desde lo inconsciente, sentimientos de lo más oscuros. Debido a lo doloroso y difícil de este proceso, muchos hombres permanecen en un estado inmaduro durante toda una vida. De ahí que Esther Harding prosiga diciendo:

"Hay otro aspecto de esta iniciación que es bastante práctico en sus implicaciones. En tanto que un hombre es joven, la clase de emoción que resulta de la proyección del anima puede ser la expresión real de su relación con el Eros. El instinto inconsciente acarrea para él el valor y significado de la relación psicológica y espiritual. En tal caso una relación con una chica hacia quien se ha elevado su anima, de quien, como se dice (habitualmente), se ha enamorado, puede ser completamente satisfactoria. A medida que pasan los años, sin embargo, llega el momento en que debe sobrepasar esta fase adolescente y aprender a crear una relación más madura, en la que el conocimiento del carácter auténtico y la personalidad de la pareja juegue una parte más importante y consnciente. No obstante, si falla en lograr este cambio en sí mismo, si permanece en un estado relativamente inmaduro, donde en vez de tomar en su propia psique las cualidades emotivas y sensaciones que deberían mediarse por su anima, si persiste en encontrarlas fuera de él en la proyección hacia una mujer, su relación con el principio femenino permanece inconsciente, y consecuentemente, también en un estado infantil. Su "amor" todavía consiste principalmente en "yo quiero" y su sexualidad en el (puro) deseo (físico). Pero, a medida que pasan los años la situación cambia, porque aunque todavía quiere, o crea que quiere, el viejo tipo de compromiso emotivo encuentra que la experiencia real ya no le satisface. Aunque siga buscando chicas más jóvenes, más atractivas, todavía se encuentra insatisfecho, incluso impotente. Sigue buscando la satisfacción emotiva de una forma que ya debiera haber superado, se aferra a un patrón infantil e inmaduro. Su infantilismo se refleja al esperar que, la mujer que por el momento lleva los valores del anima, debería hallar su necesidad de satisfacción emotiva y sexual. Espera que ella le de el amor que necesita, en vez de comprender que el amor maduro sólo puede desarrollarse en una relación instintiva como el resultado de un esfuerzo largamente continuado y consciente. Espera que la vida le dé lo que quiere, que sea como una madre para él. Esta perspectiva, sin embargo, le roba la virilidad. Es, como dice el antiguo mito, una castración a la madre. Pero este sacrificio no es la prueba de iniciación tomada voluntariamente con un motivo religioso. Es un sacrificio involuntario a la madre, que no aporta renovación. El sacrificio del deseo es una iniciación posterior que sólo pueden alcanzar aquellos que ya tienen experiencia de la vida y de sus propias naturalezas. Si se intenta prematuramente, quizás como una evasión infantil de los riesgos y dificultades de la vida, sólo puede resultar una desilusión y pérdida de libido.(...)

Seguir ciegamente una proyección del anima tras otra es quedar atrapado en esta fase infantil del desarrollo emotivo. Si el reconocimiento de este hecho nace en un hombre comprometido en tal situación, de modo que obtiene una penetración en la verdadera naturaleza de su amor y en su relación con la mujer que le atrae, puede introducirse una nueva fase del desarrollo psicológico y emotivo.(...) El cambio se consigue por un esfuerzo determinado para ser consciente de los motivos ocultos, de la realidad auténtica detrás de la ilusión emotiva, sin importar lo que pueda costar.(...)"

miércoles, 14 de julio de 2010

SOBRE EL COMPLEJO DE PETER PAN


Hoy doy comienzo a una serie de entradas, que iré publicando en los próximos días, referidas al complejo materno y su relación, semejanza y diferenciación con el arquetipo del puer aeternus. El texto que a continuación reproduzco es parte de un artículo que publiqué hace algún tiempo y que puede consultarse aquí.

El término puer aeternus es el apelativo con el que se referían al dios niño en las religiones mistéricas pre-cristianas. Se identificó al dios niño con Dioniso y con Baco, así como con el resto de dioses consortes en la época en que se rendía culto a la Diosa Madre. El mismo motivo vuelve a aparecer en el cristianismo con el niño Jesús y la Virgen María. Así pues, puer aeternus significa joven eterno, eterna juventud. En psicología se utiliza también para designar a un cierto tipo de individuo con un marcado complejo materno, prolongando en el tiempo una actitud adolescente. Los pueri aeterni son, pues, personas que continúan manifestando actitudes que cabría esperar en un joven de entre quince y dieciocho años, acompañadas de una excesiva dependencia de la madre. Las dos expresiones típicas de un varón con un marcado complejo materno son la homosexualidad y el donjuanismo. En el primer caso, la tendencia exogámica o la libido heterosexual está ligada a la madre, único objeto amoroso, por lo que el sexo no puede experimentarse con otra mujer. En realidad, toda mujer es tenida por rival de la madre, de ahí que se satisfagan las necesidades sexuales con miembros del mismo sexo. En el segundo caso, se busca a la madre en toda relación con una mujer, pero cuando el hombre se da cuenta de que su pareja no es su madre, pierde el interés por ella y reanuda la búsqueda de su “media naranja”, esto es, la mujer perfecta, la Madre. En la actualidad, asistimos a una novedosa manifestación de este arquetipo en los denominados “singles”, hombres que han decidido vivir solos, manteniendo relaciones sexuales esporádicas, con el fin de no comprometerse con mujer alguna. Algunos de estos varones frecuentan los clubes de alterne para acostarse con prostitutas y/o se masturban compulsivamente, en orden a satisfacer sus necesidades instintivas. Anhelan la mujer maternal que les abrace y les proteja, les cuide y les comprenda. Cuando entran en contacto íntimo con una mujer, estos hombres se decepcionan al comprobar que la imagen que ellos habían proyectado no encaja con la persona de carne y hueso que tienen delante, de modo que se alejan sólo para volver a proyectar la misma imagen de la Diosa Madre en su próximo contacto. Los pródromos de sus relaciones suelen ir acompañados de una atmósfera de romanticismo, que se esfuma apenas el puer aeternus intima con la mujer. De modo que van saltando de flor en flor, sin realmente conseguir el preciado néctar que se encuentra detrás de una verdadera relación de pareja.

martes, 13 de julio de 2010

REFLEXIONES ANTE LA VICTORIA DE LA SELECCIÓN DE ESPAÑA EN EL MUNDIAL DE SUDÁFRICA


En nuestra entrada anterior, dedicada al fútbol, iniciamos una temática que nos resulta especialmente importante reseñar: el desplazamiento del interés en lo pura y netamente material. Sobre este asunto proseguimos en nuestra reflexión de hoy. Claro, por ley de opuestos, cuando lo material es sobreestimado en grado sumo, lo espiritual queda relegado, poco menos que, a un apéndice maldito, criticado, incluso, por algunos lúcidos pensadores, sin la menor consideración y con una ausencia completa de autocrítica. Sólo así pueden comprenderse la multitud de prejuicios que muestran con semejantes críticas.

Según algunos autores, entre ellos René Guénon y Carl G. Jung, el principio del fin de la primacía del orden de lo espiritual, en favor de la materia, podemos rastrearlo en las postrimerías de la Edad Media, allá por el siglo XIV, momento en que la Alquimia se escindió en dos, Química y Mística, como también comenzara a ocurrir con la Astrología, dando lugar a dos disciplinas separadas: la Astronomía y la Astrología. De igual modo, en aquellos tiempos, la orden del Temple fue destruida y, con ella, la relación regular con la esencia espiritual, simbolizada en el Centro del Mundo. Esta escisión y, posterior inversión de valores, ha ido incrementándose gradualmente hasta nuestros días.

Así pues, la supremacía de lo Espiritual, en el sentido de realidad trascendente, frente al mundo de la Materia se debe, en verdad, a que la última depende y tiene su razón de ser en la primera. Es decir, lo material o fenoménico, que debiera ser reconocido como un orden subordinado con respecto al ámbito espiritual, del cual depende, no sólo ha dejado de entenderse de ese modo, sino que, para más inri, se han invertido los términos. Hoy, es el ámbito de la Materia, el mundo limitado de las realidades del dominio material, lo que se puede percibir y tocar con los sentidos, externos, lo que se ha erigido en principio supraordinado con respecto a lo espiritual. La realidad de éste, el Espíritu, se ha vuelto extraño para una inmensa mayoría de personas.

Por tal motivo, no nos puede resultar extraordinario que el mundo esté sumido en una profunda crisis económico-financiera, ecológica y espiritual (siendo, de hecho, todas ellas epifenómenos de una misma crisis global); tampoco, que los nuevos héroes sean jugadores de fútbol, v.gr.; o que se haya abierto una sima, un agujero infernal, que amenace con devorar el decrépito mundo moderno. Sólo aquellos capaces de dirigirse hacia sí mismos, retornando al Paraíso Perdido, de modo parecido a como James Cameron lo representa en su película Avatar, aprovecharán la oportunidad que la crisis, en la que está sumido Occidente, encierra. En palabras de Esther Harding:

"La cultura Occidental está amenazada en este sentido (por un diluvio desde lo inconsciente) porque sus bases han sido demasiado restringidas. Amplias áreas de la psique humana no incluidas en la diferenciación cultural, han permanecido, en parte o totalmente, inconscientes, y, por lo tanto, no han sido desarrolladas, ni sus límites han sido definidos. A través de los siglos estas partes de la psique han sido gradualmente vigorizadas, por la represión de los valores humanos que representan y ahora amenazan con salir a la superficie de un modo desastroso." (Los Misterios de la Mujer. Simbología de la luna. Ed. Obelisco. P. 287.)

Las religiones mistéricas nos hablan de ciertos misterios, por los que el hombre y la mujer participaban en diversas etapas de iniciación y, con ello, se convertían en espíritus "nacidos dos veces" (nombre por el que se conocía a Dioniso). Y esto es así porque, cuando un individuo, hombre o mujer, accede al Útero materno de lo Inconsciente Colectivo, se somete a sus leyes y abandona su pretérita orientación, exclusivamente personalista, esto es, egocentrista, entonces nace en él su verdadera personalidad y su individuación va cristalizando en el transcurso de su vida. Ahora bien, este proceso obliga al aspirante a descubrir cuales son sus propios límites, mediante una inmersión en las profundidades de su propio interior. Ha de llegar hasta el final, hasta el límite de sus fuerzas humanas, lo que le revelará cuales son sus capacidades.

Ahora bien, no basta con las visiones y experiencias que se tienen en dicho período de iniciación. Se requiere, como algo indispensable, el acto de comprensión, el darse cuenta del significado de lo experimentado y, por tanto, la ampliación de la consciencia. Durante esta iniciación, el hombre o la mujer, beben el soma, la bebida de los dioses, que es, precisamente, el elixir de inmortalidad. Pues quien bebe de la fuente de la juventud, del soma divino, se libera de la condición temporal. Esto significa que, quién escucha la voz interior, aquella que proviene de lo inconsciente colectivo, de la memoria akásica, tiene acceso a un conocimiento trascendente. Y este conocimiento nada tiene que ver con el adquirido por el esfuerzo consciente, mediante la lectura y estudio de libros. Se trata, más bien, de una sintonización con la memoria intemporal de lo inconsciente, simbolizado, en el ritual cristiano, por la bebida de la sangre de cristo de la copa o Grial.

lunes, 12 de julio de 2010

REFLEXIONES ANTE ESPAÑA COMO CAMPEONA DEL MUNDIAL DE SUDÁFRICA

La euforia que se vive en España y, en cierto sentido, en gran parte del mundo, con motivo del mundial de fútbol me ha llamado a reflexionar sobre éste fenómeno. Mientras pensaba sobre este asunto, muy significativo del estado de consciencia del ser humano moderno, me dice mi pareja que, hace poco, a un religioso amigo suyo, por ir vestido en público con su hábito, lo han insultado y vilipendiado ¡sólo por mostrar una señal distintiva del carácter sagrado de su vocación! De pronto, me dije, ¡Eureka! he ahí una sincronicidad. Si miramos el asunto sub specie aeternitatis, nos daremos cuenta de que ambos sucesos, la adoración que se rinde al sagrado deporte del fútbol, y el rechazo y el repudio por lo religioso, no son sino aspectos de un mismo tema común. En cierto sentido, se ha producido, en términos freudianos, un desplazamiento del centro numinoso, de la religión al deporte. Y, si reflexionamos más en detalle, al final, nos percatamos de que, ésto que observamos, es una manifestación del desplazamiento del interés por el ámbito Espiritual, al ámbito Material. Evidentemente, los estadios de fútbol se han convertido en los nuevos templos en los que rendir pleitesía a la divinidad. Sólo que la divinidad, en este caso, está personificada por personajes, por héroes, de lo más banales. Eso sí, como sucede con las victorias de los héroes, el pueblo acaba identificándose con ellos, lo que provoca, a su vez, un sentimiento de unidad fraternal (¡España! ¡España! se oye tararear a voz en cuello; ¡Viva España! Se escucha gritar en todas las comunidades españolas). Ahora bien, la idiocia, la estulticia y la puerilidad (en el peor sentido de éste término) parecen constituir los "valores" dominantes de la cultura. O sea, la completa ignorancia e inconsciencia, la carencia de sabiduría, el verdadero pecado original para todo gran pensador, desde Platón, hasta Jung. A este respecto, Jung hace la siguiente reflexión en su libro "la psicología de la transferencia":

"Nuestra época es una época de confusión y disolución. Todo está en cuestión. Como suele suceder en estas situaciones, los contenidos de lo inconsciente se agolpan en los límites de la consciencia con el objetivo de compensar la situación de emergencia(...) el hombre-masa no tiene ningún valor, es una mera partícula que ha perdido el sentido de lo humano y, por tanto, el alma. Lo que le falta a nuestro mundo es el vínculo anímico, y éste no lo podrá reemplazar ninguna asociación profesional, ningún sindicato, ningún partido político, ningún Estado."

Podríamos continuar diciendo "ni deporte alguno". A veces me viene a la memoria, lo que, años atrás, sucedió en la época de decadencia del Imperio Romano. En aquellos tiempos, como hoy sucede con la televisión, los espectáculos de violencia y destrucción del circo romano, constituían el "deporte oficial" de las alienadas masas. En el caso del fútbol, por lo menos se canalizan los bajos instintos de la masa de un modo, hasta cierto punto,"terapéutico".

Ángel Almazán, en su libro "Esoterismo Templario", al hilo de lo que venimos argumentando, hace la siguiente reflexión:

"Por consiguiente, para el mundo occidental, ya no hay Tierra Santa que guardar, puesto que el camino que a ella conduce se ha perdido completamente. ¿Cuánto tiempo durará todavía esta situación y cabe siquiera esperar que dicha comunicación (con la tradición primordial como fuente y esencia de todas las tradiciones secundarias) pueda restablecerse tarde o temprano?"

Al hilo de este comentario de Ángel, traigo aquí a colación que hace unas semanas visitamos, mi pareja y yo, el bosque de Bussaco, en Portugal. Decenas de visitantes pululaban por aquel majestuoso bosque, con multitud de especies exóticas; lugar cerrado, originalmente, por la orden de los carmelitas descalzos, mediante una tapia que separaba el recinto interior (el centro espiritual), del mundo exterior, con el que se comunicaba a través de tres puertas. Este bosque sagrado, con sus once ermitas, de las que hoy se conservan nueve, y cuatro capillas, así como seis fuentes, una iglesia y un claustro, rodeado por el pabellón de caza de la familia real portuguesa, convertido éste en el Hotel Palace más elegante del mundo, en opinión de algunos críticos.

Todos estos detalles, aparentemente sólo estéticos, encierran un significado esotérico muy particular. Ese bosque es, en verdad, un recinto sagrado que representa, en cierto modo, el Paraíso terrestre. Una especie de comarca suprema, en sánscrito una Paradêsha, del que los caldeos derivaron su Pardés y los occidentales Paradis. Así, el bosque de bussaco, con sus múltiples senderos, representa el misterioso laberinto que el caminante debe recorrer en su viaje hacia el centro escondido, el Supremo Centro, Santo Grial. Por supuesto, recorrimos el bosque de cabo a rabo, hasta terminar en su mirador más elevado.

En él, un monolito en forma de cruz cristiana culminaba el ascenso y desvelaba una vista panorámica de la Sierra de Bussaco, antaño Sierra de Alcoba, que llegaba incluso hasta el mismo océano Atlántico.

Como pude comprobar que sucedía con buena parte de los visitantes del bosque portugués, la mayoría de los occidentales han perdido, como afirma Almazán, el camino hacia la Tierra Santa. Ni siguiera son conscientes del significado simbólico del bosque y sus especies, algo que sabían bien los monjes carmelitas, como todo chamán o druida, que cerraron el bosque y se dedicaron a su cultivo y cuidado. ¿Qué ha sido de la máxima "así es arriba, como abajo"?

Esta misma reflexión es válida para lo que ha sucedido, hace apenas unas horas, cuando la selección española ha obtenido su primer mundial, tras vencer a la selección holandesa. Los héroes españoles han alcanzado la gloria olímpica, y los españoles, identificados con sus héroes, han vibrado, por un momento, en una especie de éxtasis místico. Pero, claro, ahora los héroes o semidioses, como digo, son jugadores de fútbol, en lugar de místicos o taumaturgos. Y los Templos, en los que venerarlos, son ahora los estadios de fútbol que, curiosamente, tienen una disposición circular. Tras el descontento con la clase política, dirigentes y oposición, cuya corrupción no hace sino hacerse cada vez más patente, se eleva una nueva figura en la que
proyectar el valor supremo: la selección española, en el caso de nuestro país; los futbolistas, en el resto de los países. ¡Enhorabuena España!


sábado, 10 de julio de 2010

EL ESPÍRITU DE NUESTRO TIEMPO

Cuelgo en esta entrada un vídeo que está de rabiosa actualidad. Pretende ser un programa de telenoticias con un cariz revolucionario. Su distribución es a través de you tube y gratuita.

Con independencia de que esté de acuerdo con parte de lo aquí vertido, dude mucho de otra parte y esté en desacuerdo con el resto, he decidido colgarlo por ser, al fin y al cabo, un ejercicio honesto de pensamiento filosófico, alentado desde el arquetipo "Puer", entendido como el individuo libre que lucha contra las instituciones de su sociedad. El Puer aeternus, que inspira este video, es desconcertadamente actual: acuariano. Muestra, en lo profundo, una suerte de manifestaciones, posibles, del tránsito plutoniano a través del signo de capricornio. Al final, como podrán comprobar, propone el desmantelamiento del Paradigma vigente a cambio de uno nuevo, abogando por la evolución de la consciencia colectiva.

Realmente interesante estudiar, a través de las noticias del vídeo, las erupciones incontenibles que el Inconsciente Colectivo, infernal y convulso (Plutón) está produciendo en la actualidad. Debemos anotar el disparate de algunas de sus afirmaciones, debidas, en gran medida, a un paupérrimo conocimiento acerca del significado de lo mítico y lo religioso.



EL MAPA NO ES EL TERRITORIO


Últimamente, he leído y me han dicho varias personas que el modelo integral de Wilber es el más completo de todos. También se ha dicho algo parecido del modelo de Carl G. Jung, y del modelo de Stanislav Grof, por ejemplo. Si revisamos la historia, nos daremos cuenta de que, con Freud, por ejemplo, se había dicho algo parecido. En toda época y lugar se han emitido juicios semejantes con aquellos autores que han sabido salirse del sistema-máscara y han investigado por su propia cuenta... y riesgo, trayendo al resto de los mortales los tesoros encontrados en su viaje hacia sí mismos. Aunque, desde luego, el reconocimiento de esta labor muchas veces haya venido muchos años después. Cuanto más profundo el tesoro, cuanto más alejado de la consciencia colectiva del tiempo en el ha sido dado a luz, más tiempo transcurrirá hasta que, finalmente, promovido por unos pocos intrépidos, salga a la luz del colectivo.

En multitud de ocasiones he recomendado, lo que, por otro lado, yo mismo hago, que el conocimiento no se adquiera leyendo libros, miles de ellos, y de autores diversos, si se quiere, sino a través de la experiencia propia. Mi querido amigo Raúl Ortega, analista de orientación jungiana, lo expresó muy elocuentemente en un comentario reciente que ahora reproduzco:

"En fin, yo sigo recomendando encarecidamente que la gente estudie las cosas del alma en su propio análisis, no a través de los libros de los demás, y que estudie visiones y seres no ordinarios a través de sus encuentros con ellos, no a través de lo que le cuentan los demás. Y si no vive experiencias así, que se olvide del tema, porque no va con su vida ni con su destino, y es tiempo y energía que pierde para hacer lo que realmente tiene que hacer. Aún así, es preciso pillarle el punto. No todo el mundo interpreta poesía natural con facilidad. Pero de otro modo es que no se le pilla el punto jamás. A mí me pareció que me correspondía investigar de verdad lo castanédico y por eso me fui a Oaxaca, siguiéndole los pies. Y de primera mano pude corroborar que mi interpretación de lo que era importante, y lo que no, de su obra, concordaba con la realidad."

Y dicho esto, no debemos identificar el mapa, sea el que sea, con el territorio. Los buenos mapas se hacen recorriendo el territorio, no copiando de aquí y de alli, lo que otros han dicho que había en tal o cual sitio.

miércoles, 7 de julio de 2010

SÍMBOLOS DE TRANSFORMACIÓN

Durante las últimas semanas me asiste una sensación de desasosiego y un sentimiento de desazón. Esto suele acompañarme, como norma, en procesos de incubación, en los que ciertos contenidos de lo inconsciente se han activado. La relativa disminución de mi energía, correlaciona con un incremento de la actividad onírica y, en general, de manifestaciones de lo inconsciente. Todo ello, por supuesto, tiene su correlato sincronístico en el mundo de la materia. Fuera y dentro, arriba y abajo, como siempre, están interrelacionados.


Son varios los desencadenantes, aparentes o manifiestos, de mi actual estado anímico. Aunque, en realidad, uno no puede estar seguro de cuál es la causa y cuál el efecto, si lo son los desencadenantes externos o la activación arquetipal, o sea, el huevo o la gallina. Voy a enumerarlos todos aquí para, después, relacionar los unos con los otros y, a su vez, todos ellos conmigo.


  1. Viaje a Portugal. Hace menos de quince días que regresamos, mi pareja y yo, de un viaje por algunos lugares de Portugal. Entre ellos, visitamos el Santuario de Fátima, El bosque de Boussaco, varias iglesias góticas y una ermita, cuyo techo cautivó mi atención: un ave fénix que renace de las cenizas estaba en el centro de un mandala, rodeado por cuatro árboles.
  2. Algunos sueños en los que aparecen escenas de un viaje heroico, donde el “protagonista” del sueño hace frente a varios adversarios, saliendo victorioso.
  3. La Sra. M., una de mis analizandas, está atravesando una metanoia. Se encuentra en la fase de luna nueva, de bajada a los infiernos, por lo que su mundo, tal y como lo conoce, se está desmoronando. En mitad de todo ese caos, no obstante, empiezan a vislumbrarse indicios de un renacimiento.
  4. Renovado interés por los círculos o mandalas de las cosechas en Inglaterra, de los agujeros producidos en China, como consecuencia de las lluvias torrenciales y su relación con los agujeros en la Ciudad de Guatemala, ocurridos en 2007. Me vienen a la memoria el socavón de Barcelona, los círculos en el hielo del Lago Baikal (después de leer, en sincronicidad, la entrada de mi amigo y colega Raúl Ortega, en su blog), el “agujero en la capa de ozono”, etc.
  5. El misterio del número 19. Durante los últimos meses, este número ha aparecido en mi vida decenas de veces. Tiene una estrecha relación con mi vida, puesto que se trata del día de mi nacimiento. Y, como una sincronicidad más, leo en el blog de Raúl lo siguiente: “Una compañía de seguros (AXA) hace un estudio de los números de casa que sufren más incidentes (…) El número de casa que hay que buscar es el 91. ¿La razón? Es el número del que han recibido menos reclamaciones.”. Fíjense que ese número es una especie de enantiómero o imagen especular del 19. Y, en efecto, desde que me mudé al bloque número 19, parece que gran parte de las dificultades con las que, hasta la fecha, había tenido que lidiar, han ido desapareciendo progresivamente. El número es una poderosa manifestación de un arquetipo.
  6. Una íntima colaboradora sueña con un agujero circular bajo su cama.
  7. Luchas de poder se suceden en el ámbito académico, afectándome indirectamente.
  8. El Grado de Psicología, del que acabo de terminar y aprobar los exámenes de Junio, está impregnado por el virus del materialismo y el racionalismo. La estulticia parece dominar en el ámbito académico. Raúl publica un comentario, en relación con una noticia sobre un catedrático de Historia que dice haber descubierto el “código” oculto tras las obras de Platón. Esto se relaciona, a su vez, con algunas conversaciones que he mantenido con un historiador y filósofo.
  9. Declinan la publicación de mi última obra, escrita en colaboración con Maribel Rodríguez. Meses atrás también rechazaron la publicación de otra obra, escrita hace ya tres años. Esto parece estar relacionado con la tendencia actual a la des-contra-información sobre temas esotéricos, místicos y/o paranormales. La ignorancia es la dominante del mundo moderno. Y la ignorancia es el origen de todo mal, el verdadero pecado original.
  10. Hace algún tiempo que me estoy cuestionando el publicar mis obras a través de editoriales al uso, y, en cambio, me planteo colgar mis libros en mi blog y en webs afines. El coste para el lector sería mínimo y el acceso rápido, sencillo y dejado al arbitrio del Sincro-Destino.
  11. Lectura del libro Los Misterios de la Mujer. Simbología de la Luna.


En próximas entradas ahondaré en cada una de estas sincronicidades (y otras que no menciono expresamente), así como en su interrelación.

lunes, 5 de julio de 2010

LA AUTORREALIZACIÓN EN ABRAHAM MASLOW


En la entrada de hoy voy a publicar un comentario de texto que realicé para la asignatura de Historia de la Psicología, durante el Grado de Psicología. Para su completa comprensión, recomiendo la lectura del texto de A. Maslow Conductas encaminadas hacia la autorrealización.

Como el lector podrá comprobar, a lo largo del texto voy mostrando algunos puntos clave en los que tanto Carl Gustav Jung, Abraham Maslow como Asagglioli coinciden. Algunos de los temas que trato a continuación, los he desarrollado tras más de siete años de investigación en mi nueva novela histórica que lleva por título LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS.


COMENTARIO DE TEXTO:
CONDUCTAS ENCAMINADAS A LA AUTORREALIZACIÓN DE ABRAHAM MASLOW.
Autor: José Antonio Delgado González
Contexto: A tenor de las cuestiones sobre el significado de la autorrealización, con las que da comienzo, así como la descripción de ocho maneras de autorrealizarse, el texto pertenece, con toda seguridad, a un autor de la corriente humanista o “tercera fuerza”. Dado que el tema que se desarrolla en el texto es el de la autorrealización personal, como algo fundamental para alcanzar una vida plena, se trata de un psicólogo humanista de mediados del siglo XX. Aunque la psicología humanista no despegó hasta finales de los años cincuenta del siglo XX, podemos rastrear el interés por la realización personal del individuo en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, siendo sus fundadores principales Carl Rogers (1902-1987) y Abraham Maslow (1908-1970). Ahora bien, si nos fijamos en el término autorrealización, que utiliza el autor, así como la descripción que de él hace podemos suponer que el texto pertenece a Abraham Maslow.
Resumen: Como se ha mencionado anteriormente, el texto trata de la autorrealización, cuestionándose qué es y qué significa concretamente que una persona se autorrealice. Después, el autor va explicando ocho modos aconsejables a través de los cuales el hombre se autorrealiza. El autor entiende por autorrealización el despliegue efectivo de las potencialidades inmanentes, en la totalidad psíquica del individuo, a la que llama sí mismo (self). Ese despliegue es entendido como un proceso continuo y dinámico de crecimiento, en el que se experimenta la vida plena de sentido y de contenido, más allá de las poses sociales y de las estructuras de autodefensa que el individuo se erige para enfrentarse al medio (de modo similar a como se describe al protagonista del libro El caballero de la armadura oxidada (Fisher, 2000)). Por lo tanto, para el autor, el ser humano no es una tabula rasa, en la que se puede escribir casi cualquier cosa, como propone la psicología conductista, sino una suerte de estructura “cartilaginosa”, a semejanza de la estructura ósea de un recién nacido, que es precisamente su sí mismo. Y la autorrealización sería, pues, la actualización del sí mismo, un proceso a través del cual el individuo descubre quién es él realmente y qué está llamado a hacer en la vida. Ese sí mismo se manifiesta, por ejemplo, en lo que el autor denomina “voces del impulso”, una suerte de voz interior, de la que la gente no se percata porque está desconectada de sí mismo y, por el contrario, lo que escucha son las voces introyectadas de las figuras paternas, de las normas del sistema en el que vive, de la autoridad o de la tradición. También menciona el autor las experiencias cumbre como momentos álgidos y transitorios de autorrealización, y las compara con las “experiencias místicas”.
Ampliación del significado: Aunque en el texto no se menciona, el autor describe un concepto que acuñó Abraham Maslow, para referirse a la realización de la totalidad del individuo. Maslow comenzó como psicólogo experimental, estudiando el conductismo, pero con el tiempo se distanció del mismo interesándose por la creatividad en el arte y en las ciencias. Su concepto de autorrealización va ganando en importancia, hasta el punto de que lo contrapone al de adaptación. Su estudio de las personas creativas y talentosas le llevó a considerar que, los talentos, no se trataban de aptitudes excepcionales, sino que toda persona posee ciertos talentos latentes y que es, a través del despliegue de sus potenciales, que esos talentos acaban manifestándose. Maslow, como el resto de psicólogos humanistas, creía, al igual que los filósofos de la Grecia clásica, que los valores que han de guiar la acción del hombre debían hallarse en el interior de la naturaleza humana. De modo que rechazaban la perspectiva de los conductistas, quienes consideraban al ser humano como si de un objeto se tratara, carente de conciencia, de libre albedrío y de subjetividad. Para Maslow, como para Rogers, los conductistas estaban desorientados, al aplicar un modo de conocimiento perfectamente válido, el apodado por Rogers como objetivo, a la totalidad del ser humano, pero con él sólo podían conocer una parte del hombre. Por consiguiente, Maslow, con su autorrealización, no pretende descalificar, ni desacreditar al conductismo, así como tampoco al psicoanálisis, considerados ambos, la “primera fuerza” y la “segunda fuerza” de la psicología, respectivamente, sino, antes bien, englobar y trascender sendas psicologías. En este sentido, el autor estableció una serie de necesidades básicas que el ser humano debe satisfacer, en lo que se ha denominado la pirámide de jerarquía de necesidades de Maslow. La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas, en cuya cima se encuentra la autorrealización, ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. En esa jerarquía de necesidades encontramos los diferentes objetos de estudio de las distintas psicologías o “fuerzas”. Dado que la autorrealización se encuentra en la cumbre de la pirámide, en cierto modo, englobaría a las demás, como la psicología humanista englobaría al conductismo y al psicoanálisis. Sin embargo, la idea de la autorrealización, pese a ser un concepto acuñado y extendido por Maslow en Estados Unidos, tenía sus precursores u homólogos en Suiza y en Italia. Carl Gustav Jung, el príncipe heredero del psicoanálisis, un psiquiatra suizo de renombre y, por un tiempo, discípulo predilecto de Freud, acuñó el término proceso de individuación para referirse a la más completa realización del individuo. Y, como afirmó en varias de sus obras, Jung entiende por Individuación la realización del Sí-Mismo (Self o Atman) (Delgado, 2004). Pese a las fundamentales diferencias entre los planteamientos de Jung y Maslow, ambos autores entienden que el ser humano no es una tabula rasa, a la que amoldar o programar según el deseo de los gobernantes, de los empresarios o de la sociedad, sino, por el contrario, que el hombre posee una naturaleza humana que debe ser desplegada en el transcurso de su vida individual. De modo semejante, Assaglioli, en su modelo terapéutico denominado Psicosíntesis, compartía con Jung y con Maslow la misma idea de la naturaleza humana (Feixas, 1993).
Discusión: Si bien, el tema tratado en el texto, tuvo una repercusión importante en el ámbito clínico, en la psicología experimental y académica no tuvo apenas calado. Las ideas sostenidas por el autor, compartidas por la corriente humanista, representan una reacción frente, por un lado, al reduccionismo imperante en el ámbito de la psicología y, por otro, a una apatía y un descontento en la sociedad, derivadas de la idea de la adaptación como motor principal del hombre, despojando al individuo de la conciencia, la libertad y el mundo subjetivo. Así, las personas que se adaptan a las demandas de la sociedad, según los humanistas, se alejan de las verdaderas necesidades que brotan del interior de su naturaleza humana. De esta suerte, hablaban de una “neurosis de la normalidad”, cuya causa había que buscarla en la desconexión del individuo de su propio interior. De ese modo, los psicólogos humanistas propusieron a la marchita civilización occidental unos nuevos valores de crecimiento y autenticidad, haciendo especial hincapié en la expresión y el cuidado de los sentimientos y en la apertura al cambio. Como afirma Leahey (2005), las ideas defendidas por el humanismo no son nuevas en la civilización occidental, puesto que ya han sido formuladas por los escritores románticos, los místicos cristianos, los cínicos, los escépticos o las distintas tradiciones esotéricas, místicas o gnósticas (hermetismo, alquimia, misticismo cristiano, sufismo, etc.). Por ese motivo, resulta sorprendente la conclusión a la que llega Leahey, al mencionar la atrocidad del 11 de septiembre del 2001, según la cual las preocupaciones de los psicólogos humanistas no eran importantes, equiparándolos con el movimiento hippie de los años sesenta. Si bien, ambos, humanistas y hippies, manifestaban el nuevo zeitgeist, los psicólogos humanistas, a diferencia de los hippies, realizan los primeros estudios fenomenológicos serios, junto con los trabajos de Jung y Assaglioli, que ponen en evidencia el malestar que asedia a la civilización occidental, y que el hombre moderno no puede sino constatar a diario. La grave crisis económico-financiera que asola al planeta, la destrucción de los ecosistemas, la contaminación atmosférica, el materialismo atroz, junto a una carencia de valores espirituales son, en mi opinión, la herencia de aquello contra lo que los psicólogos humanistas luchaban (Delgado, 2004). Quizás, por ese motivo, las ideas presentadas en el texto hayan adquirido mayor relevancia en nuestra época, a través de la expansión de la Psicología Analítica y de otros métodos psicoterapéuticos, centrados en la realización de la totalidad del individuo, como es el caso de la Psicología Transpersonal o “cuarta fuerza” (Grof, 1988), así como de la Psicología Integral, fundada por el filósofo Ken Wilber (Wilber, 2005).
Bibliografía
-Delgado González, J.A. (2004) El retorno al Paraíso Perdido. La renovación de una cultura. Soria: Sotabur.
- Feixas, G.; Miró, M.T. (1993). Aproximaciones a la psicoterapia. Barcelona: Paidós.

-Fisher, R. (2000) El Caballero de la Armadura Oxidada. Madrid: Obelisco.
- Grof S. (1988). Psicología transpersonal: nacimiento, muerte y transcendencia en psicoterapia. Barcelona: Kairós.

- Jung, C.G. (2002). Los Arquetipos y lo Inconsciente Colectivo. Obras completas. Volumen 9/I. Madrid: Trotta.
- Leahey, T. H (2005) Historia de la Psicología. Madrid: Pearson Prentice Hall.
- Wilber, K. (2005). El espectro de la conciencia. Barcelona: Kairós.

- Ferrándiz Lloret, A.; Lafuente Niño, E.; Loredo Narciandi, J.C. (2001) Lecturas de Historia de la Psicología. Madrid: UNED.

jueves, 1 de julio de 2010

¿Es la Vida un Sueño?

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



Calderón de la Barca. La vida es sueño.

Hace unos meses tuve una serie de sueños que me dejaron, ciertamente, "tocado". Desde entonces, llevo tiempo meditando acerca de su significado profundo. Reproduzco aquí uno de tales sueños para, posteriormente, realizar algunos apuntes sobre su hermenéutica.

"Me encuentro dormido en mi habitación. En el sueño, soy consciente de que estoy dormido y de que estoy soñando. De pronto, me percato de que "algo" o "alguien" es quien está soñando conmigo y, por tanto, de que no soy yo quién sueña, sino ese alguien quién está soñando conmigo."

Después de tener este sueño, estuve algún tiempo meditando acerca de qué es real y qué no lo es. Me preguntaba si mi vida actual, los sucesos que tienen lugar, los acontecimientos, las personas con las que me relaciono, no serán una mera ilusión, una especie de ensoñación. En algún momento, me dije ¡un sueño dentro de otro sueño, eso parece ser mi vida! Pero, claro, entonces surge la pregunta ¿quién sueña con quién?

En esos momentos es cuando uno recuerda las palabras de Calderón de la Barca, con las que doy comienzo a esta entrada. "La vida es sueño, y los sueños, sueños son." Y, también, recordaba cuando Jung se preguntaba si era él quien estaba sobre una roca, o era la roca la que estaba debajo de él. Del mismo modo que, recuerdo, cuando Jung tuvo un sueño en el que se le reveló que su vida toda era, en realidad, un sueño del Sí-Mismo.

¿Es mi vida, realmente, un sueño del Creador? ¿Es el mundo material, en verdad, no más que una sombra de otra realidad que la engloba? Entonces, ¿la realidad exterior es una manifestación de una realidad interior? Desde luego, aquí llegamos a un punto que creo es de una importancia primordial: En completa oposición a lo que afirma la psicología pragmática conductista, desde el archiconductista Watson, hasta el descafeinado Tolman, todo surge de la Realidad Psíquica. No es sólo que la conciencia existe, no siendo, desde luego, un epifenómeno del cerebro, sino que constituye la existencia misma. Tampoco es el cerebro una máquina procesadora de información, como afirma la psicología cognitiva. Antes al contrario, es la psique, que no el cerebro, la auténtica Generatriz, una Histera o Matriz de datos. Por lo tanto, la Conciencia es, en gran medida, una entidad autónoma y hasta relativamente independiente del cerebro humano. Que las estructuras orgánicas actúen como limitantes, como filtros si se prefiere, no significa que la actividad del cerebro sea idéntica a la consciencia. En todo caso, podríamos afirmar, para no trastocar demasiado el esquema mental de los científicos materialistas, que la conciencia correlaciona con el funcionamiento de ciertas estructuras cerebrales.

Y, tras meditar largo tiempo, dejando que se procesara en paralelo todo cuanto entonces concluí, hoy leo en el blog de mi buen amigo Raúl Ortega que, al hilo de sus últimas entradas, ha expresado esta misma idea en uno de sus comentarios. Reproduzco aquí un fragmento que viene a expresar (en sincronicidad, además) una idea semejante a la que he desarrollado a lo largo de esta entrada:


"La materia, la energía, el cuerpo, el cerebro, son como el color. Creaciones psíquicas. Interpretaciones mentales. Todo cae del lado del Tonal. Tus amigos, tu esposa, tus hijos, tu casa, tu perro: creaciones psíquicas. Teatro. Matrix. Pensemos un poco en el problema de si existe un árbol cuando no lo miras, y llegaremos rápidamente a darnos cuenta de que jamás pudo comenzar el Universo en un Big Bang, pues todo sólo puede tener un punto de partida: la conciencia. La psique. Como en la película, el único modo de escapar de toda esta realidad virtual hacia la verdad es avanzar hacia los programadores, hackeando el programa. Como todo se genera en psique, ése es el sistema operativo de todo este tinglado, el viaje es por ahí. Con suerte, mucha suerte, llegamos a la sala de máquinas, al meollo. Al hardware. A lo realmente sólido y real. Hemos llegado ahí avanzando a través del embudo que es nuestro interior, nuestra psique, pero lo que se asoma al final del camino es algo mucho más grande que ése, aquél, que tú y que yo. La psique personal es un cordón umbilical, un cable de datos. El generador de esos datos es La Gran Madre, una madre de todos y de todo, y es lo que finalmente nos interesa de veras. Todo esto está dicho desde tiempo inmemorial con el “Conócete a ti mismo, y conocerás al Universo y a los dioses”".